Parece mentira… 20 años desde “La flaca”, 20 desde esa “tremendísima mulata”. Con la conmemoración del 50 aniversario de nuestro queridísimo Pau Donés, él y su Jarabe de Palo, tuvieron la magnífica idea de pasarse por Murcia y hacernos felices durante 90 maravillosos minutos. Eligieron una noche de jueves de junio con la temperatura y la situación perfecta para una velada exquisita e inmejorable.
No podía ser de otra manera. Tocaron todo su repertorio además de esos temas que, por poco atractivo comercial, se quedan en los álbumes sin salir a la palestra, aun sabiendo que son auténticas perlas musicales. Pero lo tocaron tal y como vinieron al mundo, sin más. Piano, bajo, violonchelo y la inconfundible voz de Pau. Junto a la magnífica noche murciana, crearon una atmosfera única.
Un momento íntimo. De despedida. Del que sabe que el tiempo se le escapa suspiro a suspiro.
Queriendo transmitir canción tras canción, un mensaje claro. No concebimos la vida sin música, al igual que no se concibe la música sin vida.
Creo que Pau y los suyos supieron hacerlo a la perfección. La vida se compone de esos pequeños detalles que te hacen amarla, que te hacen sentirla y desearla. No te paras a pensar en las letras de sus canciones hasta que las sitúas en el contexto actual. Todas y cada una fueron encaminadas a la creación del mensaje último. Lo que nos ofrecieron fue un regalo. Un detalle único para los que como yo, crecieron con su música y la sienten como algo propio. La noche comenzó con la expectativa de llevarnos una increíble experiencia musical. Pero terminó ofreciéndome una valiosa lección de vida.
MUCHAS GRACIAS PAU DONES. Por brindarnos una noche así. Por ser ese completo incompleto. Porque nos gusta cómo eres. Porque te q
ueremos a morir. Porque eres bonito. Por enseñarnos ese curioso elemento llamado tiempo. Por mostrarnos que todo depende. Y SOBRE TODO POR TOCAR MI CANCION.
Hasta pronto maestro.