Cuando hablamos de Whitney Houston, todos sabemos que era de las más grandes. Para algunos, la más grande. Por algo la llamaban La Voz. No hay duda de que ha dejado un gran legado y, a la vez, un gran vacío en la escena musical. Ya lo dice el proverbio… “No importa lo grande que seas, sino el vacío que dejas cuando te vas”. Esto podría ir dirigido a Beyoncé, perfectamente, ya que también se refiere al espacio físico ocupado.
Tenía 22 añitos cuando ganó su primer Grammy a la mejor canción por ‘Saving All My Love For You’.
Como dato curioso, fue Dionne Warwick -prima de Whitney- quien le entregó el premio en la gala…
No conoció el fracaso ni tuvo que trabajar muy duro para conseguir el éxito. Ella lo valía.
En 1992, ocurren dos cosas que marcarían su vida: la primera, estrenarse como actriz después de tres álbumes, batiendo todo tipo de récords, y se consolida más en la cima de las estrellas con la película ‘El Guardaespaldas’. Y con la banda sonora, publica uno de los sencillos más vendidos de la historia… ‘I Will Always Love You’. Un éxito que jamás esperaron, versionando la canción de Dolly Parton.
La segunda, casarse con Bobby Brown. Sobran las explicaciones sobre esta relación turbulenta.
Después vinieron dos películas más, Waiting to Exhale (Esperando un respiro) y The Preacher’s Wife (La Mujer del Predicador).
En 1998 edita su cuarto álbum -sin contar las tres bandas sonoras anteriores- donde se aprecia una evolución en su música del R&B al sonido más bailable, haciéndole ganar su sexto Grammy con el tema ‘It’s Not Right But It’s Ok’.
Las consecuencias del éxito hacían su trabajo y el turbio matrimonio daba sus frutos. El abuso del alcohol y los estupefacientes ya era notable, reconociéndolo ella misma públicamente.
Algunos amigos dejaban de confiar en ella. Temían compartir escenario con ella y que no pudiera estar a la altura, como ocurrió en el 30º Aniversario de Michael Jackson en solitario (Michael Jackson: 30th Anniversary Celebration) -Te recomiendo este concierto-.
Era la noche del viernes, 7 de septiembre de 2001 en el Madison Square Garden de Nueva York. Se trataba de un homenaje a la trayectoria de Jacko en solitario. Había cientos de personas invitadas tanto en las gradas como en el backstage para cantar algún tema de Michael. De hecho, Jackson tuvo que repetir el concierto el lunes siguiente, 10 de septiembre porque no podían actuar todos los invitados en la gala del viernes. (Al día siguiente, martes, cayeron Las Torres Gemelas.)
Estaba todo preparado para dar comienzo y en los camerinos se oían rumores de que algo no iba bien. Michael entró al pasillo de los camerinos, preguntando qué ocurría. Era Whitney, le dijeron. Entró al camerino y no la vio en condiciones de salir. Todos sabemos que Michael era muy perfeccionista y había trabajado mucho para este concierto. Y éste se negaba a dejarla actuar en la primera canción de la gala, presentada por Samuel L. Jackson. Pero, el orgullo de Whitney tenía más fuerza y consiguió salir para hacer lo que había ido a hacer… Erizar la piel de los que la conocían.
En el minuto 3:33 del siguiente vídeo, empieza a dirigirse hacia Michael Jackson, sentado junto a su gran amiga Elizabeth Taylor que ignoraba lo que pasaba. Michael tenía el corazón en un puño y mi Whitney le echó huevos, cantándole la última estrofa de su canción Wanna Be Startin’ Somethin’:
Lift your head up high
And scream out to the world
I know I am someone
And let the truth unfurl
No one can hurt me now
Because you know what’s true
Yes, I believe in me
So you believe in you
Help me sing it
Ella cambió la letra original de la frase ‘No one can hurt you now’ por ‘No one can hurt me now’, personalizando el mensaje y trasmitiéndoselo a Michael con rabia: nadie puede hacerme daño ahora, porque tú sabes cuál es la verdad. Sí, yo creo en mí. Así que tú cree en ti. Ayúdame a cantarlo.
Whitney tenía tal seguridad en sí misma que arroyaba todo lo que se interpusiera por delante. Ella no podía dejar de actuar, de ser la más grande… Como en este tema de 2002 con Mary J. Blige, compañera de escenarios, de camerinos y de drogas.
A partir del 2004 comenzó a tener ingresos intermitentes en centros de rehabilitación. Pero, el resto de la historia, ya la conoces.