Domingo por la mañana:
Vaya agujero llevas en esa camiseta! La voy a tirar en cuánto te la quites.

(Silencio)
(Silencio)

Tu  camiseta. La que te acompaña desde un 21 de junio de 2002. La que tú amigo Ángel se compró otra igual pero de otro color. La que al principio era guay para salir, luego fresca y desenfadada para la playa y ahora te abraza en noches de entretiempo con su suave tacto.

La que te compraste después de ver cómo movía los dedos el bajista John Myung. La que empapó tus lágrimas gritando el himno de Spirit carries on. La que marcó tu evolución del metal rock al rock progresivo, como lógica hacia estilos más abiertos y actuales. La que llevaste en botelleos y la gente te decía, ostia estuviste en el concierto de la plaza de toros, y tu, pse.

La que estuvo presente en noches secas, cálidas y mojadas, siempre digna, orgullosa para poner y cómplice para quitar. Aerodinámicamente adaptable a todos tus estados físicos a lo largo de 19 años. Lo mismos que tenías cuando la compraste (eres de octubre, los pequeños de la clase)

La que cuando le salió el primer agujero, te miró a través de éste en silencio y te dijo, amigo, la juventud no es eterna, se rasga como una tela, pero tú y yo siempre estaremos juntos, nadie nos separará. Soy tu piel, joder.

(Silencio)

Aceptación. Quizás es el momento de pasar a trapo, al último servicio de la prenda veterana. No todas son válidas, es el Hall of Fame. La entregas como una bandera arrugada y sudada.

Sorpresa cuando la ves de nuevo en el cesto…Emoción cuando la tiendes al sol.
Y fuego cuando la ves de nuevo en tu cajón. Ahora sabes que vuestro amor es eterno y moriréis juntos, hasta que uno de los dos se deshaga con el paso de los años.

Y tienes la certeza que, al menos hoy, dormiréis juntos una vez mas.