Una vez recuperados de las agujetas de tanto salto, risa y baile (sí, a veces nos duran semanas), ya podemos sentarnos tranquilos a comentar la gran experiencia de la primera edición (quién lo diría) del festival familiar VIVABOOM.
Sin pretensiones, es el festival de sus pequeñas vidas. Y cuando digo esto, lo digo con toda la seguridad de que las creadoras (Aguacates con Tomates y Crash Music) han entendido perfectamente que hay que pensar y disfrutar con los pequeños, y la mejora manera para ello es agacharse, mirar el mundo desde sus ojos, saltar, bailar y gritar junto a ellos.
Encaja perfectamente con la idea principal de LGE Kids, escuchar música en familia, desde el respeto hacia los sueños y la inteligencia de los más pequeños. Es fácil rendirse a una pantalla y a melodías demoníacamente almibaradas o absurdas (el equivalente a la música de bodas para adultos). Y, aunque todo tiene su momento, siempre es preferible que haya un mínimo de calidad y mensaje en lo que le transmitimos.

Sin contar con las infinitas posibilidades de entretenimiento y aprendizaje con conciencia social y medioambiental (opinión como padre interesado, no como experto), y lo bien situado del entorno libre y seguro donde permitirnos movernos como la tribu que somos y que crece a golpe de latido y de nota musical, me gustaría centrarme en las actuaciones musicales. Además de eso, viva el arte callejero, la fantasía y los miles de colores que despiertan los ojos de nuestros peques.
En el plano musical, tenemos la suerte de haberlos visto a las tres bandas en varias ocasiones, y de haber compartido conversaciones en nuestras entrevistas y mensajes cruzados. Y sabemos de la calidad de sus proyectos, y del sentimiento que llevan.
El sábado por la mañana disfrutamos de La Chica Charcos y la Katiuskas Band. Siempre digo que lo que lleva en su cabeza es tan maravilloso como la forma de compartirlo. Y dentro tiene un arco iris de infinitos colores y rimas. Con inicios de teatro, su poesía y su actuación son siempre alegres e invitan a participar. Revoluciona con sus Tarantino, Agapito… y toda la tropa. y si quieres ser princesa lo eres, y si no también. Qué más da, mientras sigamos andando el camino juntos subido a sus botas. Ojo que acaba de sacar canción (Capitán Mamá) y en breve presenta nuevo disco, con un giro a la critica social y económica para los que amamos los dobles sentidos y mensajes, que garantizan risas y emociones paralelas entre padres e hijos.
El sábado por la tarde, ya al fresquito de la sombra. Disfrutamos del incisivo Yosoyratón, más suavizado que en su último y reivindicativo disco (aunque siempre lo es). Nos maravillan sus canciones nuevas y clásicas (disco Canción protesta lo es en todo su ser), y siempre engancha con sus juegos para los niños y no tan niños (gracias Manu por descubrir al gran Pescetti en tu entrevista). Manu dispara palabras e imágenes al trote de su guitarra, y siempre nos recuerda que los niños no son tontos, y que debemos de respetar lo que son y lo que quieren ser; y lo mismo sucede con la música. Disfrutemos con sus elecciones, y celebrémoslo con el corazón. Para el que no lo conozca, Manu tiene un libro para niños/padres que es una auténtica preciosidad. Se lo receto obligatoriamente a los padres, para que lo lean con sus hijos, y se queden luego pensando en su día a día.
El domingo por la mañana, con resaca bailonga, se presentó un nuevo día con ilusión y energía recargada tope para ver a Billy Boom Band. Quizás sean el grupo que más ha afinado la fórmula de entretenimiento de niños con tintes para adultos. Los arreglos musicales son excelentes (no es para menos si quien pilota el avión es Marcos Cao), y su propuesta es muy cuidada, incluyendo el nivel estético con sus ya clásicos uniformes enriquecidos con tutús (quien tenga vergüenza que cierre la puerta por fuera al salir). En este caso, creo que es el grupo donde escribe un padre con su visión como su yo niño, es decir, son recuerdos de infancia, ecos de los años que ahora llegan a los oídos de nuestros hijos, y nos unen en forma de mensaje.
Diferentes propuestas de grandísima calidad y profundidad. Estilos diferentes con objetivos comunes: respetemos a nuestros hijos, pero siempre, desde su bando. Qué tremenda felicidad mirar hacia al lado y saber que cantamos y bailamos lo mismo; y que no hay edad, ni problemas… y el mundo es mucho mejor si la música les hace bailar, cantar y sonreír mientras sus cerebros reciben preciosos mensajes y graban estos momentos juntos.
Con esa misma emoción, intentamos trasladar desde nuestra humilde sección, como un megáfono más, la voz de todos los niños que llevamos dentro, y sobre nuestro hombros.
